jueves, 5 de junio de 2014

La hora del Ángel (sin reloj de tiempo)








...Es el anverso  tu nombre escrito sobre mi pecho,
 Ángel de luz en mis días, Ángel de luz en mis sueños.

Te amo en la cadencia de una melodía que nunca escuché junto a ti,
 y hoy resuena con tu nombre hecha viento.
 Te amo en el inexistente mundo que forjamos
 cuando la piel ardía bajo el sol y el verano era fuego
 consumiendo nuestras bocas,
y las manos mariposas, anidando en nuestros cuerpos.

Te amo dentro de mí,
 en el torrente de mi sangre alborotando primaveras,
 savia de juventud que retoza, en el mapa que desteje el tiempo,
 cuerpos sin edad en un otoño nuevo.
Te amo, desde la cama al suelo, desde la silla al sofá,
 la mesa o el escritorio, todo lugar era bueno
cuando tu insolencia me desnudaba a pleno
 y tus ojos de nocturno errante, me vestían de deseo.
Tú, gallardo y altanero,
 yo, trémula amapola deshojada entre tus dedos. 

Te amo en el amarte a destiempo,
sin marcas de los años, sin agujas de reloj ni segunderos,
solo amantes,
 a destajo,
desde tu boca a mi beso
 y mi beso por tu espalda
 y tu boca por mis senos
 mis gemidos y tu grito, arrasando el universo.


...es el anverso  tu nombre escrito sobre mi pecho,
 Ángel de luz en mis días, Ángel de luz en mis sueños.


Marellia

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