lunes, 22 de octubre de 2012

Eterna compañera, la soledad









Y llega la soledad en marejada,
abrazando mi cuerpo que te extraña,
arropado en la noche que se gana
tiñendo de oscuridad la sangre de mis plantas

Se destejen mis ansias, hilos al viento
 los deseos mueren en el  vientre desierto, 
 y estas manos inertes de caricias, hechas  garras  
 vacías de  unos dedos  que se enlazan.

La garganta duele de palabras calladas,
La lengua se atraganta, seca la boca
ausente la  saliva , de tus labios en retirada,
Y esta necesidad de vos , que nada calma.

Tu cuerpo esta noche es distancia que duele,
abrazando recuerdos de tus besos,  caricias apasionadas 
Tu voz es silencio, perpetua soledad de no tenerte,
a mi lado, dentro mío, en mi cama.

1 comentario:

  1. Y duele la soledad y la distancia cuando uno la siente descrita por tu violenta ternura, amiga.

    Besos.

    ResponderEliminar