Me
traerán tus manos
manojos de amapolas,
encendiendo en mi vientre
el
color de la aurora.
Me
traerá tu risa,
el
canto de aguas mansas
que
besan mis praderas
y fecundan mis ansias.
Me
traerán tus ojos
el
brillo del lucero
que
penetra mi espacio
y se
duerme en mi cielo.
Me
traerá tu boca
el
canto de los grillos,
de
cigarras y duendes
en un
juego de niños.
Hola, hacia tiempo que no te veia, te comenté en el blog de nuestro amigo José y después, no sé que pasó que no te he visto hace unos minutos.
ResponderEliminarPreciosos versos nos regalas aquí.
Un abrazo.
Ambar
Muchas gracias, estuve ausente, por un tiempo, pero ya estoy de regreso. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarJuan que feliz me haces, gracias por estar
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